Un paseo por los Roques de García
El Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, constituye uno de los atractivos naturales más importantes de España. Su majestuoso paisaje, lleno de contrastes, la inmensidad de El Teide, montaña más alta de España y tercer volcán del mundo en altitud (3.718 metros) … su origen volcánico, su calidad ambiental … hacen del lugar un punto de visita obligada tanto para el visitante como para los ciudadanos de la isla de Tenerife.
Solo en 2011, el Parque atrajo cerca de 3 millones de personas y quizás este número tan elevado haya convertido el lugar en un reclamo turístico, del que muchos ignoran todo su valor, limitándose a ir, subir en teleférico, sacarse una foto junto al Teide y poco más. Pero el parque esconde una importante red de senderos que transitan lugares de ensueño y esconden importantes elementos del paisaje que no te dejan indiferente, es más el que va repite, así que algo tendrá este paisaje …
Uno de los elementos característicos de El Teide, es el roque Cinchado, que pertenece al conjunto de los Roques de García. El roque es famoso y conocido en todo el país, porque figuraba junto al volcán en los billetes de mil pesetas.
Hay malos guías, por no decir otra cosa, que confunden al visitante llamando al Roque Cinchado: “El dedo de Dios”, lo cual es un error enorme, puesto que esta formación se encontraba en Gran Canaria (ya no existe a causa de un temporal).
El Roque Cinchado, está situado a unos 300 metros de distancia del propio Teide y a 2.100 metros sobre el nivel del mar, lo que equivale a tan solo 1.700 metros de la cima de El Teide.
Por ello, hoy vamos a invitaros a hacer con nosotros uno de los senderos más cómodos de realizar (4,4 km de recorrido circular) y que resulta tan impactante por su valor paisajístico, como divertidos para cualquiera que lo quiera realizar.
Sendero 3, Los Roques de García.
El sendero se inicia al frente del Parador Nacional de las Cañadas del Teide, cruzando la carretera TF-21 y junto al Mirador de la Ruleta. Podemos acceder al camino con transporte público, autobuses 348 y 342. Desde el mirador, podemos observar la inmensidad del Llano de Ucanca, el conjunto de los Roques de García con la Osa y el roque Cinchado y bajo nuestros pies, La Catedral, formación rocosa escarpada que utilizan con frecuencia escaladores, pero ya lo comentaremos más adelante.
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Recuerda que te encuentras en el Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, zona declarada PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD por la UNESCO. Por lo que piensa en su conservación y en lo especial que es este lugar para el planeta.
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Llegados hasta aquí, una parada técnica nunca viene mal para reponer fuerzas y prepararnos para lo que viene, descubrir el otro lado, una perspectiva que el 90% de los turistas que visitan El Teide, no ven, no disfrutan y solo pueden divisar desde lo lejos, al llegar al Llano de Ucanca. Pica la curiosidad, lo sé, pero en el camino hasta el Llano, conviene disfrutar de la parte del sendero más próxima al Teide …
Llegamos al descenso, bajar desde los Roques hasta el Llano de Ucanca, quizás supone la pate más compeja del recorrido, pero además de bien señalizada, el sendero siempre está en unas condiciones excepcionales que permiten a cualquiera realizarlo mientras contempla imágenes impactantes que culminan con la llegada a La Catedral.
La Catedral, es una formación rocosa que se creó después de una erupción del Teide. Tras la erupción, el magma se solidifica, enfría muy lentamente y al contraerse la roca, se formaron fisuras con forma de prisma. Mucho tiempo después, la erosión destruyó la masa del volcán dejando la super resistente roca de la antigua chimenea del volcán sobresalir del suelo agrietado y seco. Suena algo técnico, pero es así, la Catedral, como muchas de las formaciones rocosas que hemos visto, no son sino conductos por donde el volcán se intentó abrir paso en su día y que se solidificaron con el paso de los años y que tras posteriores erupciones y erosión del terreno, quedarno a la luz, mostrándose de este modo tan singular.
Como veis en las fotos, su acceso no es complicado y por ello constituye una de las paredes verticales preferidas por los escaladores de la isla. Es habitual, ver en la cima de la Catedral, a algún escalador, preparándose para volver a bajar.
Aquí concluye el sendero, con una pequeña pendiente que puede ser lo más costoso del recorrido, pero que se termina rápidamente. Ya solo nos queda descansar, ir al Parador Nacional (a escasos 100 metros) a tomar algo de bebida y disfrutar del paisaje que nos deja el parque y compartir las anécdotas y rocas con formas que hemos visto durante el recorrido.
¿A qué esperas, no te pica la curiosidad?
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